Las alergias alimentarias no siempre surgen en las edades más tempranas de las personas, sino que también pueden desarrollarse a lo largo de los años. Por ello, es necesario conocer cuáles pueden ser los síntomas y cómo se diagnostica una alergia para saber actuar cuanto antes si una persona está manifestando alergia alimentaria de manera repentina.

Los síntomas pueden dividirse en dos tipologías, las reacciones leves o moderadas, y las reacciones graves y de rápida progresión.
  • Leves o moderadas (erupciones, urticaria, inflamación, picor, lagrimeo, enrojecimiento ocular, irritación nasal, tos, dolor abdominal, diarrea, vómitos, sangre en heces).
  • Graves (dificultad respiratoria, asma, hipotensión, opresión torácica, palpitaciones o mareo). La situación de mayor gravedad es la anafilaxia, y en especial el choque anafiláctico, con afectación cardiovascular y riesgo de muerte inminente.

Una vez se padecen alguno de estos síntomas, hay que acudir de manera inmediata a un centro de atención médica donde poder ser atendido con mayor o menor urgencia según los síntomas. Dependiendo de la valoración médica, los tratamientos pueden ser los siguientes:

  • En las reacciones leves a moderadas, se emplean antihistamínicos y/o corticoides, por vía tópica, oral o inhalada, dependiendo del órgano afectado. En reacciones de tipo digestivo no hay tratamiento específico, aunque es importante la rehidratación en caso de vómitos y diarreas persistentes, aportando líquidos y realizando la dieta que recomiende el médico especialista. Puede ser útil también el uso de probióticos siempre que éstos no contengan el alérgeno.
  • En las reacciones graves con reacciones sistémicas y de rápida progresión, el tratamiento de elección es la adrenalina. Existen en nuestro país dos marcas de autoinyectores de adrenalina para el tratamiento de urgencia de la anafilaxia, Altellus y Jext, que todo paciente en riesgo de sufrir una anafilaxia debe llevar consigo en todo momento. Conoce más sobre la anafilaxia en este artículo.

El diagnóstico final de cada alergia se lleva a cabo por un especialista en alergia, quien realizará los pertinentes métodos diagnósticos:
  •  Historia clínica detallada
  • Test cutáneo (prick-test)
  • Análisis de sangre (IgE específica en suero)
  • Pruebas de exposición controladas, en caso necesario, para confirmar o descartar una alergia a alimentos.


En la actualidad la anafilaxia, como tal, no se considera que sea frecuente. Sin embargo, dado que existe una infra-notiicación, la incidencia podría estar inra-estimada. Además, el impacto de una reacción de riesgo vital es considerable.

Nuestro sistema inmunitario protege a nuestro cuerpo gracias a una red compleja de células inmunitarias y anticuerpos destinados a adquirir tolerancia inmunitaria a sustancias ambientales inofensivas y protección frente a las que son peligrosas. Por ejemplo, generamos una serie de anticuerpos distintos que desempeñan funciones específicas en el sistema inmunitario. El tipo de anticuerpo que puede causar una reacción alérgica se denomina inmunoglobulina E (IgE). Generamos moléculas de IgE para luchar contra las infecciones causadas por parásitos. Aunque todavía no se conoce por completo el motivo, el sistema inmunitario de algunas personas proporciona de forma equivocada respuestas irregulares que conllevan una producción excesiva de anticuerpos IgE y alteraciones en las redes de células inmunitarias como reacción a algunos alimentos, lo que origina las alergias alimentarias.

Por lo general, las proteínas son las responsables de una reacción alérgica. Sin embargo, aún no está claro qué hace que algunas proteínas alimentarias sean alergénicas y otras no. El desarrollo de una alergia ocurre en dos etapas:

Sensibilización: cuando una persona se expone por primera vez a un alimento (que, en ocasiones, puede suceder incluso antes del nacimiento). El alimento puede desencadenar el que las células del sistema inmunitario produzcan grandes cantidades de IgE que reconoce específicamente ese alimento.


Reacción: una vez que uno queda sensibilizado, incluso una minúscula cantidad de ese alérgeno puede generar una reacción alérgica. Cuando la persona ingiere el mismo La piel está afectada en el 80 % de los casos en la forma de picor, exantema cutáneo y enrojecimiento generalizado o hinchazón por debajo de la superficie cutánea (angioedema).