
Las personas con alergias alimentarias están obligadas a cuidar su dieta más de lo normal para evitar problemas de salud. Para que la comida no nos amargue las vacaciones, es importante seguir ciertos pasos para viajar con alergias, que cuestan muy poco y que nos darán confianza en esos días que deben ser de relajación.
- La planificación del viaje es básica. Para evitar inseguridades y disfrutar al 100% de unas merecidas vacaciones, recomendamos tener en cuenta los siguientes consejos básicos antes de viajar:
- Elección del destino. Si el viaje se organiza directamente es necesario conocer una serie de factores antes de elegir el lugar de vacaciones: en caso de que se hable otro idioma, el dominio que se tenga del mismo, la gastronomía y las tradiciones de la zona de destino, y el tipo de viaje (familiar, con amigos o en solitario). En cambio, si el viaje lo organiza otra persona, es recomendable que esta conozca los requerimientos de la alergia alimentaria y las necesidades de prevención. Otra opción también es consultar con el médico los distintos posibles destinos que estéis barajando antes de tomar la decisión. Te aconsejará de cuál es más recomendable según tu alergia alimentaria.
- Comprobar las existencias de medicamentos. Es importante comunicar previamente a un alergólogo los planes de viaje para hacerte con un botiquín con medicamentos básicos (como antihistamínicos o inhaladores) y calcular lo que podemos llegar a necesitar en el periodo de tiempo que estaremos fuera.
- Autorización médica para controles de seguridad. Para evitar problemas, pedir una carta escrita al médico donde certifique que los medicamentos que viajan con nosotros son necesarios para tratar alergias.
- Recabar información sobre el punto de destino. Importante llevar contactos y direcciones de los hospitales y la atención médica disponibles, en caso de emergencia.
- Información sobre los establecimientos de comida y restaurantes. Saber con qué se cocina en el destino y tratar de averiguar cuáles serán los principales alimentos problemáticos para evitarlos.
- Higiene. Es recomendable llevar siempre encima toallitas húmedas para la limpieza de las manos. Cuando viajamos no siempre es posible acceder a agua corriente y jabón.
- Lleva alimentos. Por si las moscas, sobre todo para cuando hagamos viajes largos y tengamos que comer en aviones o trenes y dudemos de la presencia de alimentos a los que tenemos alergia en los paquetes precocinados que sirven.
- Informar a los demás sobre la alergia. No se trata de auto-estigmatizarse, pero es importante que los acompañantes sepan qué alergias alimentarias sufres para lograr una mejor comprensión y para que sepan cómo actuar en caso de emergencia.
Una persona con una alergia alimentaria no tiene que dejar de viajar. Fuera pensamientos negativos y buscar obstáculos a nuevas experiencias por tener que llevar una alimentación adecuada. En primer lugar, ser conscientes de lo que podemos comer y lo que no; en segundo lugar, rodearnos de personas que tengan consideración con este problema que, en todo caso, no es voluntario.